Sandra Rojas, jefa de bloque de Maternidad del Hospital Regional Universitario de Málaga, recibió en el día de ayer el galardón «Ciudadana ejemplar» en el acto del 175 aniversario de la Policía Local de la ciudad. La enfermera ha sido reconocida con este premio gracias a su actuación ante una parada cardio-respiratoria de un ciudadano el pasado mes de mayo. Gracias a su implicación el hombre logró sobrevivir.
Sandra se encontraba en una cafetería, en la zona de El Atabal, cuando se produjeron los hechos. «Estaba tomando café y vi a mucha gente en la acera de enfrente, así que me acerqué y vi a un Policía Local haciendo maniobras de RCP básicas», relata Rojas, que durante quince años ha trabajado en la UCI del Hospital General. Tras identificarse como sanitaria comenzó a hacer labores de ventilación mecánica mientras llegaba el equipo de emergencias del 061.
El hombre tenía un traumatismo craneoencefálico a consecuencia de haber caído al suelo. «A los 7 minutos de estar haciéndole el masaje llegó otro coche de Policía con un desfibrilador automático. A la tercera descarga empezó a ventilar y a tener pulso», relata la enfermera, que cuenta que «a los pocos minutos llegó la ambulancia del 061, que trasladó al hombre, que estaba muy grave, a la UCI del Hospital General.»
Pasadas unas horas Sandra Rojas se puso en contacto con la unidad, en la que ha trabajado quince años, para interesarse por el paciente, al que fue a conocer en los días sucesivos tras una llamada de su familia, que quiso agradecerle su actuación.
Aunque Sandra Rojas se ha enfrentado a numerosas situaciones similares, todas ellas han sido en el ámbito hospitalario, por lo que se muestra especialmente emocionada con el premio. Ella apuesta por la actuación frente a situaciones similares y, por tanto, ve fundamental la formación en maniobras de RCP básicas y en que cada vez más sitios públicos cuenten con desfibriladores automáticos, como el que llevaba la patrulla de Policía.
A pesar de que siente haber cumplido con su responsabilidad como enfermera, para Sandra el mayor premio es que el paciente esté vivo. «Me quedo con las palabras de su hija, que me dijo: «gracias por devolverme a mi padre».