Ante la situación de la pandemia generada por el coronavirus, desde la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, a través del Servicio de Vigilancia y Salud Laboral, se ha puesto en marcha una estrategia para la coordinación, organización y refuerzo de la red de profesionales de enfermería que trabajan en salud pública en Andalucía.
El reto de superar la pandemia del Covid-19, así como otros desafíos (como el incremento de las infecciones de transmisión sexual, enfermedades emergentes, resistencia a las vacunas, envejecimiento de la población, enfermedades crónicas o el incremento de factores de riesgo), han puesto de manifiesto la necesidad de reforzar las plantillas de enfermeras dedicadas del Servicio Andaluz de Salud (SAS).
Entre las competencias del colectivo de enfermería de salud pública, figuran la vigilancia y control de brotes epidémicos de origen comunitario, con la detección precoz de casos y su identificación, clasificación, cuarentena y seguimiento de contactos estrechos, así como el desarrollo de programas de promoción de la salud comunitaria o de campañas de educación para la salud. En los centros sociosanitarios, enfermeras gestoras de casos son las responsables de dirigir y coordinar la actividad asistencial, como medida preventiva para hacer frente a la pandemia.
Para mejorar la coordinación de la actuación de los profesionales de enfermería de salud pública, desde este mes de octubre se está desarrollando una línea de formación, con la celebración de sesiones ‘online’ a través de la herramienta Circuit cada semana, para presentar, entre otros aspectos, cómo va a organizarse el trabajo enfermero en salud pública y el manejo de casos, contactos y brotes de Covid-19 en centros educativos.
Precisamente, en los centros educativos la red de enfermeras de referencia, integrada por profesionales a nivel autonómico, provincial y de distrito o área sanitaria, así como por enfermeras referentes en los propios centros escolares en función a una ratio de 3.300 alumnos por enfermera, garantiza la cobertura y respuesta para afrontar, entre otros, la valoración y solicitud de pruebas diagnósticas, las derivaciones a Pediatría o Medicina de Familia y gestionar las necesidades que puedan surgir a lo largo del curso.
El resto de sesiones formativas ‘online’ contemplarán temas como la vigilancia de la salud y de los brotes en centros sociosanitarios, el rastreo de casos, la vigilancia de enfermedades transmisibles y no transmisibles y del programa de tuberculosis.
Además, de forma específica está prevista, en colaboración con Iavante, la realización de un curso virtual de prevención de la transmisión del Covid-19 y otros microorganismos multirresistentes en centros residenciales y un curso específico de enfermeras en salud pública, junto a la difusión de materiales informativos a todos los profesionales que integran la red de enfermería en salud pública.
Todas estas acciones se están promoviendo en el marco del Sistema de Vigilancia en Salud de la Dirección General de Salud Pública y Ordenación Farmacéutica, responsable de la detección, intervención y seguimiento de los problemas y determinantes de la salud de la población, mediante la recogida sistemática de datos epidemiológicos sobre los riesgos ambientales, alimentarios, originados por medicamentos y productos sanitarios, laborales o de otro tipo sobre la salud de la población.
En este sentido, el personal de enfermería en salud pública trabaja para el Sistema de Vigilancia en Salud a través de equipos multidisciplinares en distintos ámbitos: Unidades de Gestión de Salud Pública de Distritos de Atención Primaria y Áreas de Gestión Sanitaria, Servicios de Medicina Preventiva en Atención Hospitalaria, Equipos Referentes para Centros Educativos, Servicios de Prevención en Centros de Trabajo, en Delegaciones Territoriales y en la Consejería de Salud y Familias y el SAS.