En la medida en que la sociedad se complejiza, los sistemas y organizaciones de salud se enfrentan a cambios, al menos en nuestro mundo occidental. Entre estas modificaciones, la inclusión de las enfermeras como profesionales motivadores de cambio resulta esencial en el propio desarrollo de la disciplina. En el final de este siglo, se reconoce como fundamental el liderazgo para el fortalecimiento de enfermería y sin el cual no podrán reconocer nunca el carácter estratégico y la importancia de las acciones de enfermería entre las profesiones de la salud. La OMS establece y da lineamientos para las acciones, con la intención de facilitar el liderazgo de las enfermeras y parteras en el cuidado y promoción de la salud, y en la búsqueda de formas innovadoras que permitan una gestión eficaz de los servicios. Se destaca en esto el concepto de liderazgo de impacto fundamentado en el pensamiento según el cual: “el liderazgo no es un cargo, es un modo de pensar y comportarse influenciando a otras personas”. Los enfermeros deben buscar, en su práctica profesional y académica, ejercer un liderazgo de impacto, iniciando y siendo responsables del logro de cambios en el cuidado de la salud. Pensar y comportarse influenciando a otras personas es una tarea sumamente ardua, quizás más que el trabajo de enfermera en sí mismo. Para los enfermeros y enfermeras que eligen los puestos de liderazgo, o que sin elegirlo están en esta función, es importante tener claro qué se espera de nosotros, fundamentalmente cuando debemos conducir a un grupo de colegas dentro de un servicio o una unidad, hacia el logro de los objetivos. La autora analiza en este artículo las definiciones de liderazgo y el modo como se aplican particularmente al área de enfermería y del cuidado neonatal.
Autoría: Quiroga A.
Publicado en Enfermería Neonatal
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