El ictus es la primera causa de discapacidad en adultos. Con frecuencia, el cuidado recae sobre la familia pudiendo afectar a su calidad de vida.
Objetivo: Determinar la calidad de vida relacionada con la salud y el grado de sobrecarga del cuidador de un paciente tras un ictus.
Método: Estudio descriptivo, transversal. Se incluyeron cuidadores que llevaban más de 6 meses y sin remuneración por cuidar. Proyecto aprobado por el Comité de Ética. Variables recogidas: variables sociodemográficas, cuestionario de calidad de vida EuroQol-5D (EQ-5D), escala de Zarit, estado de ánimo y problemas de sueño.
Resultados: Se incluyeron 48 cuidadores, la edad media fue de 55,63 (DS : 13,41) y la mayoría mujeres (70,8%). El tiempo medio de cuidado fue de 28,8 meses (DS : 28,68). El 58% manifestaban tener un estado de ánimo deprimido, el 31,3% presentaba sobrecarga; y el 89,6% problemas de sueño. Las dimensiones que presentaron problemas (moderados o graves) en el cuestionario EQ-5D fueron dolor/malestar (66,7%) y angustia/depresión (68,8%). La puntuación de la escala de valoración analógica de la calidad de vida del EQ-5D se asoció a un peor estado de ánimo (75,5 vs. 65,32;p = 0,0028), a la presencia de dolor (81,94 vs. 63,38;p < 0,001) y con la escala de Zarit (r = -0,334; p = 0,020).
Conclusiones: La función de cuidador del paciente con ictus recae con más frecuencia en la mujer. El ser cuidador afecta a la calidad de vida, principalmente a las dimensiones de dolor y angustia/depresión, independientemente del estado funcional del paciente. Las enfermeras, debemos detectar sus necesidades psicopatológicas y desarrollar estrategias que las aborden para prevenir el riesgo de claudicación.
Autoría: López Espuela F, González Gil T, Jiménez-Gracia MA, de Bravo Fernández S, Amarilla Donoso J.
Publicado en: Enfermería Clínica vol 25, núm 2, 2015
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