Los enfermeros de los hospitales de Valme y El Tomillar, José Eugenio Guerra y Carmen María Martínez, han llevado a cabo un novedoso y laborioso estudio que constata la relevancia del Callejero Nacional como fuente de investigación histórica para el desarrollo disciplinar de la Enfermería. La complejidad del estudio, que abarca durante más de un siglo la identificación de acepciones enfermeras en las 17 comunidades autónomas españolas junto a las dos ciudades autónomas del territorio nacional, ha sido correspondida con un reconocimiento en los XXXIV Premios de Investigación en Enfermería Ciudad de Sevilla 2018.
Los autores parten de la hipótesis que considera al Callejero o Nomenclator nacional como fuente cultural y lo defienden como una fuente de investigación histórica indirecta, intencional-testimonial y seriada. Precisamente, ante las variadas denominaciones que adquiere el viario público de las ciudades (desde hechos y personajes históricos hasta deportes, flora, fauna, ámbitos geográficos, evocaciones religiosas o individuos destacados); estos profesionales consideran un reconocimiento a la profesión enfermera su elección para la rotulación de calles, plazas y avenidas.
Esta investigación combina tres modalidades metodológicas para el estudio de este fenómeno enfermero durante un extenso período de estudio (1900-2017). Tras combinar la metodología cuantitativa, cualitativa e iconográfica, identifican más de dos centenares de acepciones de la enfermería en vías públicas de España. Una identificación analizada desde una perspectiva múltiple y bastante completa: categoría profesional, género, iconografía de la designación de la vía o comunidades y provincias más prolíficas.
Sevilla es la provincia que encabeza en Andalucía las localizaciones de viarios dedicados a homenajear a la Enfermería
Los resultados hallados en el área de la distribución geográfica sitúan a Andalucía como la segunda región española que encabeza este fenómeno, sólo antecedida por Murcia. Por su parte, Sevilla es la segunda provincia española más prolífica y la primera provincia de Andalucía con un total de 27 vías públicas (calles, plazas o avenidas): dos en la capital y 25 en la provincia (Gelves, Osuna, Marchena, Guillena, Puebla del Río, Alcalá de Guadaira, Almensilla, Bormujos, Cabezas de San Juan, Constantina, Écija, El Saucejo, Lebrija, Pruna, Morón de la Frontera, Olivares, Salteras y Tomares).
Otra de las conclusiones obtenidas constatan que un 97,6% de las vías públicas se otorga a individuos específicamente; o sea, a un total de 202 personas de la enfermería. En cuanto al género de los homenajeados, los hombres encabezan el listado con el 82,2% de las distinciones mediante las que se les da nombre a viarios. Resulta un hallazgo paradójico, dado que es una profesión eminentemente femenina en sus orígenes. Respecto a la categoría profesionales, el 85% son practicantes, el 8,5% enfermeros y el 6,5% ATS.
Por lo que se refiere a iconografía de la rotulación, los autores han distinguido dos claramente diferenciadas: el rótulo de pared y el de señal en vertical, destacando en un 96,6% los de pared. Del mismo modo, también analizan el material en la elaboración de los rótulos, sobresaliendo el de material de construcción (piedras y azulejos, preferentemente) frente a los de metal.
En cuanto a las conclusiones sobre la datación del reconocimiento con una vía pública al profesional de enfermería homenajeado, los autores constatan que se ha mantenido este hecho desde el primer tercio del siglo XX hasta nuestros días. Destacan, además, la tendencia al alza del fenómeno en cuestión durante la segunda década del siglo XXI, avalado fundamentalmente por el interés mostrado por algunos colegios profesionales de enfermería por visibilizar a la profesión. En concreto, destacan que es a partir del año 2010 cuando se registra algo más de un tercio del total de vías públicas otorgadas a profesionales de este gremio.
Como resultado de las numerosas conclusiones extraídas de la investigación, sus autores hacen hincapié en el carácter relevante, productivo y enriquecedor del Callejero como fuente de estudio prácticamente «virgen». En este sentido, José Eugenio Guerra y Carmen María Martínez ponen en valor la aportación del mismo a la historia de la Enfermería. En concreto, consideran al Callejero «un testimonio histórico, personal y profesional de quienes se dedicaron a ejercer el cuidado, sea cual fuere la denominación actual de la profesión, practicantes, ATS o enfermeras/os. Además, subrayan a esta herramienta de estudio como de elemento que contribuye a la visualización de una profesión, de unos profesionales y su consideración y reconocimiento por la sociedad a la que se han debido a través de su ejercicio profesional».